El sábado, 12 de diciembre, el grupo «Caminando con Orellana»,  realizamos una marcha por el Monte Corona. El día resultó extraordinario: claro, luminoso, con temperatura ideal… El recorrido estuvo en torno a los 15 kilómetros. Terminamos sobre  las dos y media de la tarde; comimos en el restaurante  «Prada a Tope», de Treceño. La comida, espectacular y abundante.

Descripción de la Ruta

El monte Corona está situado a apenas unos kilómetros del mar que aún conserva buenas muestras de bosque autóctono. Diversas repoblaciones han contribuido a aumentar el encanto del lugar; desde su parte alta hay unas buenas vistas parque Natural de Oyambre.

Dejamos los coches en la zona cercana a la torre de vigilancia de incendios e iniciamos el camino hacia Caviedes aunque nos desviaremos a la derecha para dirigirnos a Río Turbio (más bien,  un arroyo). Llegados al cruce hacia Río Turbio, decidimos, antes de tomarlo, llegar hasta la ermita de S. Antonio que se encuentra poco más adelante.

Ermita de S. Antonio

 

 

 

Tiene esta, en su entorno, una bonita área de esparcimiento, con pinos, cipreses y otros árboles. Desde ella se divisan, con poca nieve por cierto, las crestas de Picos de Europa.  El edificio data del siglo XVII, y cada año el 13 de Junio los vecinos de Caviedes siguen subiendo la imagen del santo que ahora se guarda en el pueblo.

 

 

Merendero

 

 

 

 

Volvemos atrás y tomamos a la izquierda para dirigirnos, ahora siempre hacia abajo, a Río Turbio. El paisaje es extraordinario, con abundancia de árboles autóctonos, robles y hayas, acompañados de amplias manchas de diferentes coníferas. Pasamos al lado de un pequeño merendero, situado a la izquierda, bastante difícil de localizar entre la vegetación (tal vez por eso sólo lo localiza el fotógrafo), y que está situado junto a unos cuantos ejemplares de roble de porte y  altura considerables.

 

Seguimos descendiendo por un buen camino de suave pendiente y vegetación exuberante. El día es claro,  despejado, sin viento… y la sensación se de paz y bienestar. A buen paso, Iñaki y Jesús se han puesto al frente, llegamos hasta las primeras casas de Río Turbio.

Río Turbio

 

 

 

 

 

Pasado el pueblo, hacemos un pequeño alto para “tomar las doce”.

Marismas

Tras el suave ascenso de una breve loma, divisamos la zona de marismas que se extiende ya
hasta la costa, pero nuestro destino no es esta; por ello, torcemos a la derecha y, tras una zona de curvas y suave pendiente, vamos dejando atrás las marismas y comenzamos el ascenso prolongado, y por momentos de fuerte pendiente, hacia la ermita de San Esteban. De nuevo el bosque de robles, hayas y coníferas. Al fondo, el valle lleno de sol y con una sutil bruma que le da una sensación de idílica irrealidad.Seguimos subiendo y llegamos a la   cumbre en la que se levanta la ermita.

Ermita de S. Esteban

El mirador situado en el entorno de este edificio nos permitirá disfrutar de excelentes vistas de Comillas, la playa de Oyambre, la costa occidental y los picos de Europa.

Tras un breve descanso, descendemos hacia los coches. Ahora, antes de ir al restaurante a comer,  decidimos visitar el “bosque de secuoyas” de Cabezón de la Sal

Secuoyas

Secuoyas

El Monumento Natural de las Secuoyas del Monte Cabezón   está situado en el municipio de Cabezón de la Sal en Cantabria.  Con una superficie de 2,47 has está compuesta por 848 pies de Sequoia sempervirens y 25 pies de Pinus radiata.

 

Más sobre las secuoyas

 

Fotografías de la marcha