El sábado 15 de junio, realizamos “La ruta de los robles centenarios” . Fue la propuesta del Cep de Torrelavega para finalizar el curso y disfrutar de un día de convivencia entre docentes y exdocentes de los centros de Torrelavega, Santander y Reinosa.
Algo más tarde de las diez de la mañana, los autobuses llegaban a Bustillo del Monte (950 m.), lugar en el que daría comienzo la marcha. Primeramente hacemos una somera visita del pueblo con parada en la antigua escuela. Podemos ver los pupitres de los años cincuenta y sesenta, los mapas murales, fotografías, libros, cuadernos y algunos otros documentos. Hubo un tiempo, además, en que fue Colegio Mayor para seminaristas.
Terminada la visita de la escuela y del entorno, Gerardo nos da unas precisas explicaciones sobre el pueblo y parte de la zona en la que está enclavado, así como de la marcha que vamos a inciar.
No quiere hacer muchas más precisiones sobre lo que nos encontraremos; prefiere que lo experimentemos personalmente, por lo tanto, nos pide atención y sensibilidad ante los misteriosos y enigmáticos seres que pueblan el bosque: anjanas , trasgus, trastolillos, musgosus, culebres… que pueden salir a nuestro encuentro. Muy pronto comprobaremos que esta ruta de los robles centenarios está llena, no sólo de estos, sino también de muchos otros seres más feroces: troles, mastodontes, elefantes, osos de las cavernas… Parecería que la estancia en la antigua escuela de Bustillo nos hubiera devuelto la fantasía de los niños.
Salimos del pueblo; dejamos atrás el cartel indicativo de la ruta y el antiguo lavadero. Es una marcha circular; el punto más bajo es el arroyo Ronero (825 m.); el más alto sube hasta los 1.067 m. Unos 7 kms de recorrido y una duración aproximada de tres horas incluidas las paradas para disfrutar del paisaje y de los seres fantásticos que nos vayamos encontrando. Esperemos salir airosos del envite.
Pasadas las dos de la tarde, llegamos de nuevo a Bustillo del Monte. No se quedó corto Gerardo cuando nos habló de la singularidad del recorrido. Espectaculares esos robles más que centenarios; algunos inmensos y casi inabarcables, como «El joven». Muchos, en escorzos imposibles, atormentados de años e intemperie. Seguro que en invierno, cuando todo el bosque pierda la hoja, serán todavía más espectaculares.
Ahora los autobuses nos llevan al lugar conocido como La Requejada, área de descanso en Polientes junto al río Ebro. Aquí el CEP nos proporciona empanadas de Orzales (de chorizo y de bonito) acompañadas de vino rosado o tinto de Mucientes (D.O. Cigales), café con bizcocho de La Asunción y chupito de orujo lebaniego. Muy buena la comida y muy bien preparada por la intendencia del CEP.
Acabada y reposada la comida, de nuevo a los autobuses para visitar, alternativamente, el Centro de Interpretación del Rupestre en Santa María de Valverde y el Museo Etnográfico de San Andrés de Valdelomar.
En Santa María de Valverde recorremos las salas del Centro de Interpretación del Rupestre. A través de objetos, y efectos de luz y sonido, descubrimos las principales claves para entender cómo surgió este pensamiento místico que convirtió el interior de la roca en seno de creencias religiosas.
Junto al Centro de Interpretación se halla la iglesia rupestre más monumental de Valderredible y la única que actualmente tiene culto religioso. Declarada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento en el año 1985, se la llama popularmente la “catedral de las rupestres”. En los alrededores podemos ver la espadaña exenta, de época románica y tumbas altomedievales excavadas en la roca.
En el pueblo de San Andrés de Valdelomar, visitamos la Museo Etnográfico “Los trabajos y los días”. Constituye una amplia y abigarrada recopilación de elementos etnográficos propios del municipio más meridional de Cantabria, con cerca de 3.000 piezas divididas temáticamente, y que contempla muchas de las antiguas formas de vida de nuestros antepasados: oficios desaparecidos, ritos y tradiciones, utensilios, aperos, herramientas y enseres, etc. Su artífice, el párroco D. Julián Berzosa, lo ha donado recientemente al Ayuntamiento de Valderredible, pero todavía hoy lo encontramos junto a su casa; parece ser que aun no se ha hallado un lugar idóneo para su instalación.
Al llegar, D. Julián, nos da una explicación general. Después, hacemos una visita pormrnorizada por los distintos espacios, internos y externos, del Museo. Resulta muy interesante; la gran multitud de objetos nos hace retornar muchos años atrás y recordar aspectos de la vida que el paso de los años va dejando en el olvido; una forma de mantener viva la memoria.
Aquí termina esta agradable jornada por tierras del sur de Cantabria. Ahora cada uno a su autobús para dirigirnos, de nuevo, a los puntos de salida.
Finalmente, expresar un enorme sentimiento de gratitud a Félix, a Carmen y a Gerardo así como a todos los que hacen posibles estas actividades. Sé que este sentimiento es compartido por todos los que participamos en estas jornadas .
P.D.: «He elaborado este texto teniendo como base la información enviada por el CEP «
El resto se fotografías pueden verse en este ENLACE