Por fin llegó el día de nuestro viaje a Italia. Visitaremos la Toscana y Cinque Terre. Es el viaje internacional que organiza UNATE este curso.
El autobús de la Agencia Boirotravel nos va recogiendo, en los distintos puntos acordados, para trasladarnos al aeropuerto de Bilbao. Volaremos a Florencia, vía Barcelona. Llegamos, ya de noche, a Florencia. Aquí nos recibe Eduardo que será nuestro guía-acompañante durante todo el viaje. Traslado al hotel y a descansar. El día se nos ha ido en desplazamientos.
FLORENCIA
Hoy pasaremos todo el día en Florencia. Salimos del hotel en dirección a Piazza Novella; aquí nos encontramos con la guía que nos acompañará durante todo el recorrido. Callejeamos entre palacios y casas señoriales, torres y mansiones que nos hablan de la grandeza que tuvo Florencia. Fue una Ciudad-Estado, como tantas otras en Italia, pero de las más poderosas económica y políticamente. Sus Señores, los Médici, han dejado abundantes muestras de su poder e importancia. Como ilustres y magnánimos mecenas que fueron, favorecieron la cultura y las artes acogiendo en su corte a gran cantidad de extraordinarios artistas.
Pasamos al lado del Mercado Nuevo, «Mercato del Porcellino», abarrotado a esas horas. Pugnamos por la foto con el jabalí, tan sobado el pobre.
Seguimos adelante caminando por calles estrechas que conducen a la Piazza della Signoria. Está dominada por el imponente Palacio Viejo, del siglo XIV. Su torre se eleva, como un vigía, sobre los tejados de Florencia. Gran cantidad de gente que dificulta el paso y entorpece la vista de todo el conjunto. Esta plaza es el núcleo de la Florencia medieval
En la plaza, llaman la atención, la fuente de Neptuno y la estatua ecuestre de Cosme I. Frente a la entrada del Palacio, el David de Miguel Ángel; cercano a él, Hécules. A un costado de la plaza, encontramos una galería porticada, la «Loggia dei Lanzi», en la que se exponen bellísimas esculturas de grandes artistas italianos. Pero estas son copias; los originales están en otros lugares.
Caminando por el espacio entre las dos alas de los Uffizi, llegamos al río Arno, a la altura del Ponte Vechio. Nos entretenemos un rato frente al puente y sobre el mismo contemplando su estructura y el tinglado comercial que alberga. No lo cruzamos. Desde él nos dirigimos a la Catedral pasando antes por la Piazza della Repubblica.
La «Basilica de Santa Maria del Fiore» o catedral de Florencia es un edificio imponente en el que destacan la Cúpula de Brunelleschi y la Torre. No entramos ya que no estaba planificado; además hay un larga cola para acceder a su interior. Mención especial para el Baptisterio y la maravilla de sus puertas de bronce dorado realizadas por Ghiberti. Estas son una copia de las originales.
Pronto llegamos a la iglesia-basílica de la Santa Croce. Una nueva guía se hace cargo del grupo y nos explica a la perfección lo más importante de este grandioso templo. Esta iglesia es como un mausoleo de importantes artistas y prohombres italianos: Galileo, Miguel Ángel, Dante, Machiavelli, Rosini… También hay que destacar otros muchos elementos que la enriquecen y la dan esplendor: los bajorrelieves del púlpito, una anunciación que personifica todo el mundo renacentista florentino, los frescos que decoran sus capillas…
Terminada la visita, comemos. Hoy tenemos la tarde libre para que cada uno decida qué maravilla florentina quiere admirar de la ingente cantidad que posee la ciudad. Un grupo entramos en la Galleria degli Uffizi y allí pasamos toda la tarde hasta la hora de cierre. Después de tres horas, salimos borrachos de arte y con la pena de no haber podido ver todo… La Galleria sola daría para varias entradas en este blog. Pero sólo dejaré algunas imágenes de estas obras de arte . Añado otras fotografías de Florencia.
SIENA
El segundo día de nuestra estancia en La Toscana, viajamos hasta Siena. Llegamos a la Fortaleza, en la parte alta de la ciudad. Desde allí nos dirigimos al centro histórico. Esperamos a la guía local en la Iglesia-Basílica de Santo Domingo; mientras llega esta, entramos en la iglesia y recorremos su interior, capillas y sacristía. Después la guía nos hace una explicación de los aspectos más importantes de la Iglesia; se detiene especialmente en el altar dedicado a Santa Catalina de Siena. Hay reliquias de la santa, un dedo, y algunas de sus pertenencias.
Salimos de Santo Domingo y nos dirigimos hacia el centro de la ciudad. Como muchas otras ciudades de Toscana, Siena está edificada sobre colinas; de ahí sus calles empinadas y estrechas. La guía, mientras caminamos, nos explica someramente algunos aspectos históricos. Hay leyendas que atribuyen la fundación de la ciudad a los hijos de Remo; este origen es el que da forma al emblema de la ciudad: la loba amantando a Rómulo y Remo. Lo que sí parece claro es que la ciudad es de origen etrusco. A partir del siglo XII es cuando empieza a tener importancia tras su enfrentamiento con Florencia y su victoria consiguiente en la batalla de Montaperti.
Al final de la calle por la que vamos caminando hacia la catedral, aparece de pronto, como cerrándola, el baptisterio de San Giovanni. Está bajo el ábside de la catedral. Hay dentro de él interesantes obras de arte de autores italianos del Renacimiento.
Bordeamos el baptisterio y accedemos a la plaza delante de la catedral. Es de estilo gótico y está dedicada a Nuestra Señora de la Asunción. Se proyectó en su día hacer una más grande, pero la Peste Negra, entre otras causas, impidió que se llevara a cabo; la catedral de hoy sería el transepto de la que no se construyó. La guía nos habla de las importantes obras de arte que hay dentro de ella, como son esculturas, pinturas y bajorrelieves; sin olvidar el pavimento que es de mármol y está compuesto por numerosos mosaicos con escenas históricas y bíblicas.
Salimos al exterior y, de nuevo, callejeando, llegamos a la Plaza del Campo. Esta plaza tiene forma de abanico. En la parte baja de la misma destaca la torre del Palacio Público. Aquí se corre el Palio, la carrera de caballos típica de esta ciudad. Se hace dos veces al año: a primeros de julio y el dieciséis de agosto. Corren alrededor de la plaza sobre la que se extiende un manto de arena y arcilla encima del pavimento de piedra. En el centro de la plaza se colocan los espectadores.
AREZZO
Después de comer en Siena, retornamos al bus; nos recoge en el mismo sitio que nos había dejado en la mañana: La Fortaleza. Partimos en dirección a Arezzo. Durante el viaje, Eduardo, nuestro guía permanente, nos cuenta pormenores e informaciones interesantes tanto de la Toscana en general como de los lugares que visitamos o vamos a visitar. Esto lo hace todos los días y en todos los trayectos. Es importante porque de esta manera ya vamos preparados para las visitas.
Arezzo es una ciudad de origen etrusco. Está situada a orillas del río Arno. En el siglo XIII rivalizó en poder con Florencia. Al llegar nos recibe la guía local y vamos directos hacia la Catedral de San Pedro y San Donato. Desde el inicio de su construcción hasta la finalización pasan casi tres siglos. Incluso la fachada se construye ya al principio del siglo XX. No es tan llamativa como la de Siena, pero guarda en su interior interesantes obras de los grandes artistas italianos del Renacimiento. También son destacables algunas vidrieras.
Callejeamos por la ciudad hasta llegar a la Piazza Grande que es el corazón del centro histórico de Arezzo. Como su nombre indica, es grande; tiene forma trapezoidal y presenta un gran desnivel desde la parte superior hacia la parte baja donde se encuentra la fuente y el ábside románico de Santa María della Pieve. La plaza está rodeada de edificios emblemáticos. Llama la atención en el lado superior el Palazzo delle Logge; en su parte inferior presenta una bonita galería porticada.
Salimos de la plaza por su parte más baja, al lado del ábside de la iglesia para visitar la misma. Están en obras de reparación así que nuestra visita es breve, pero esto no impide apreciar el arte que encierra en sus esculturas, pinturas y frescos.
Terminamos nuestro recorrido por Arezzo entrando, asomándonos a la puerta, porque ya cierran, de otra iglesia en la que se encuentran obras de Vasari
Más FOTOS de Siena y Arezzo
VOLTERRA
Hoy, sábado, nos vamos por la mañana a Volterra; en la tarde visitaremos San Gimignano. Volterra es una ciudad pequeña, pero llena de historia y pasado etrusco muy relevante. Parece que la Volterra estrusca llegó a tener 25.000 habitantes. Todavía hoy se conserva parte del trazado etrusco en la ciudad. Con los romanos fue también relevante como lo prueba el anfiteatro y las termas. Volterra se desarrolla y toma forma hacia el siglo XIII. Tiene hoy en día uno de los centros históricos medievales mejor conservados de Italia.
La guía nos recibe en la Piazza dei Priori. El «Palazzo dei Priori», del siglo XIII y otras construcciones, como el Palazzo Pretorio con la torre del «porcellino», flanquean esta destacable plaza medieval. Hoy hay mercado que ocupa todo el ámbito de la misma y dificulta una vista limpia y completa. Pero aún así se aprecia su esplendor.
Caminando por las calles de la ciudad, estrechas e irregulares como corresponde a su casco medieval, llegamos a una puerta de la muralla; es un arco etrusco rehecho por los romanos. Desde aquí se contempla un paisaje amplio y abierto, típico de la Toscana.
Volvemos de nuevo hacia el interior de la ciudad hasta llegar a la Piazza San Giovanni, donde se hallan el baptisterio y la catedral. El baptisterio es del siglo XV; se cree que su cúpula fue proyectada por Brunelleschi. La catedral se construye en el siglo XII; tiene algunos añadidos posteriores. hay en ella abundantes obras de arte.
Después de ver y admirar la catedral nos dirigimos hasta el anfiteatro. Parece que fue construido en el siglo I antes de Cristo. En el siglo III d.C. se construyen las termas a su lado. Estos restos romanos son de reciente localización y se encuentran en fase de excavación y recuperación. Pero debió ser una estructura considerablemente amplia.
SAN GIMIGNANO
Visitada y admirada la ciudad de Volterra, emprendemos camino a San Gimignano. Aquí no tenemos guía local, pero Eduardo nos da todas las explicaciones necesarias de forma precisa y abundante. Con ellas presentes, no necesitamos más para disfrutar de los encantos de este pueblo de la Toscana con sus torres pugnando cada una de ellas por ser la más alta y más relevante del conjunto. En su época de esplendor, debió ser un auténtico y extraordinario espectáculo con sus más de setenta torres, en el recinto amurallado, alzándose airosas sobre la campiña. Hoy quedan en pie catorce.
Casi todo el pueblo se organiza en torno a una larga calle, «Vía San Giovanni», que llega hasta la Piazza della Cisterna y se prolonga después por la «Vía San Matteo». Sobre esta calle discurría la «Vía Francigena». Esta era el camino que seguían los peregrinos católicos que viajaban a Roma desde el norte de Italia y otras partes de Europa. San Gimignano, lugar de parada en esta ruta, se desarrolla y prospera con el comercio, sobre todo, de productos agrícolas. Había hasta nueve posadas para acoger a los mercaderes foráneos.
Accedemos al pueblo por la Porta San Giovanni que nos conduce al centro del mismo. A un lado y otro de la Vía San Giovanni salen otras perpendiculares a ella que llevan hacia las murallas. San Gimignano es hoy un lugar eminentemente turístico. Dejamos a un lado la Piazza della Cisterna y vamos directamente a comer. Después recorreremos los distintos lugares de interés y disfrutaremos de su ambiente.
Por la tarde, tras la comida, tenemos un buen rato para visitar, con cierto detenimiento, el pueblo. Algunos elegimos ir, en primer lugar, hacia el castillo, «la Rocca de Montestaffoli», para tener una vista de todo el conjunto con las torres emergiendo sobre el resto de construcciones. También desde aquí se puede contemplar el paisaje que rodea a San Gimignano.
Una de las construcciones más interesantes es la Colegiata. No hay guía físico, pero una audioguía le sustituye con eficiencia y nos permite observar todos los detalles de su interior. Destacan, por encima del resto, los frescos que cubren todas las paredes laterales de las naves e incluso las bóvedas. Se conservan en buen estado, pese a no haber sido restaurados.
Se acaba la tarde y, con su final, termina también nuestra visita a San Gimignano. Retornamos a Florencia
FOTOS de Volterra y San Gimignano
MONTALCINO Y MONTEPULCIANO
Hoy visitaremos estos dos pueblos que, como muchos otros de La Toscana, han crecido y se han desarrollado en una colina; después se fortificaron con murallas. Estos dos pueblos, a parte de su estructura medieval, sus palacios renacentistas y espléndidas construcciones religiosas, tienen en común una importante economía en torno al cultivo de la vid y a la elaboración de buenos vinos. En Montalcino, el «brunello» y en Montepulciano el «vino nobile».
Al salir de Florencia, tenemos como compañera de viaje a la niebla; nos impide ver los paisajes propios de la Toscana: las colinas de suaves pendientes, los cipreses que bordean caminos y rodean villas, los viñedos primorosamente alineados… Pero cuando llegamos a Montalcino ya luce el sol; el día es radiante y la campiña toscana se muestra en todo su esplendor. La guía, a quien hemos recogido en Siena, nos conduce por las calles de Montalcino hasta llegar a la Piazza del Popolo; en esta sobresale el Palazzo dei Priori.
Seguimos adelante, dejamos atrás la Piazza Garibaldi y la iglesia de san Egidio, hasta la Fortaleza. desde aquí hay unas buenas vistas de Montalcino y los campos de su entorno.
Nos desplazamos hasta la Catedral, de estilo neoclásico. No tiene una especial relevancia. Desde aquí, por calles empinadas y estrechas, bajamos hacia la iglesia de san Agustín. En el exterior destaca el rosetón de la fachada en mármol claro y en el interior un buen número de pinturas al fresco.
Comemos en Montalcino y probamos el vino de la tierra. Después nos dirigimos a Montepulciano. Es también una localidad amurallada. Aquí se grabaron escenas de la saga Crepúsculo, en concreto de la película «Luna Nueva». El film ha contribuido al crecimiento del turismo en Montepulciano.
Accedemos al interior de la población por una de las puertas de su muralla. Tras ascender por una estrecha calle, llegamos a la Piazza Grande donde nos encontramos con el el Palazzo Comunale, de fachada gótica y elevada torre. La Catedral y otros palacios de los siglos XIV y XV configuran la Piazza. Esta es el centro de la ciudad.
En la Piazza Grande, la guía hace que nos fijemos en la fuente de los Leones y los Grifos que parecen atentos vigilantes de la Catedral, el Palazzo Comunale y las distintas residencias renacentistas. Después de deambular por las calles de la ciudad y de las explicaciones pertinentes de la guía, retornamos a la Piazza Grande. Ahora tendremos tiempo libre para seguir visitando Montepulciano.
Asomarse a la muralla y contemplar el entorno con la luz declinante de la tarde, es un auténtico espectáculo. Sólo por él mereció la pena llegar hasta Montepulciano. Aquí se pueden ver más FOTOS de estos dos pueblos
LUCCA
Amanece con lluvia y las previsiones son que así permanezca hasta el final de la tarde. Pero estamos acostumbrados a lidiar con la lluvia y sólo será un pequeño inconveniente, aunque molesto, ciertamente, para disfrutar en plenitud del programa de visitas que tenemos por delante. Como cada día, salimos de Florencia a primera hora de la mañana, pero hoy ya no regresaremos aquí por la tarde. Nuestro destino, al final del día, es Lercici, ya en La Liguria. Mientras tanto, aún seguiremos en Toscana, visitando Lucca y Pisa.
Llegamos a Lucca. El día sigue feo; lluvia fina y mansa, pero lluvia al fin. Paraguas, gorros y paciencia. Nos adentramos en la ciudad, hacia el lugar donde la guía local nos recoge. Breve callejeo atentos a sus explicaciones hasta llegar a la iglesia de San Miguel in Foro. Nos detenemos un rato contemplando su exterior. Llama la atención la sucesión de arquerías que se elevan con la fachada hasta el punto más alto donde aparece la estatua del Arcángel. No entramos.
Recorremos distintas calles de la ciudad; la guía nos explica sus particularidades constructivas; edificios no muy altos, pero entre los cuales encontramos torres adosadas y de una elevación contenida; estamos dentro del casco histórico medieval de lo que fue el núcleo de la República de Lucca. Caminamos hacia la Catedral, pero hacemos una breve parada en Piazza Cittadella donde está situada la casa de Puccini y una estatua del mismo.
Retornamos, siempre por calles estrechas y adoquinadas, de nuevo a la plaza donde se encuentra la iglesia de San Miguel, pero ya no nos detenemos. La fachada de la Catedral, dedicada a San Martín, está construida en mármol policromado. Entre los bajorrelieves del pórtico, destacan los que hacen referencia al ciclo de los meses y las historias de San Martín.
El interior de la Catedral, de tres naves de formas góticas, custodia muchas obras de arte. Encontramos pinturas de Ghirlandaio y Tintoretto; el monumento funerario de Ilaria Carretto, de Jacopo de la Quercia; el Volto Santo o la estatua de San Martin a caballo repartiendo su túnica entre los pobres.
Salimos de la Catedral; sigue la lluvia. Nos dirigimos a la Plaza del Anfiteatro. Esta plaza de Lucca es una de las más sugestivas de Toscana con su forma circular y los edificios pintados de diversos colores. La plaza está construida sobre los restos del antiguo anfiteatro romano. Tiene forma elíptica y consta de cuatro puertas de entrada. Las distintas alturas de los edificios que la rodean le dan un aire informal característico.
Ya termina nuestra visita a Lucca. Dejamos la Plaza del Anfiteatro y, siempre con las precisas explicaciones de la guía, nos dirigimos hacia la iglesia de San Frediano. Aquí acaba nuestro periplo por la ciudad. Apenas media hora de tiempo libre para visitar la iglesia o tomar un café antes de emprender camino a Pisa.
PISA
Llegamos a Pisa y la lluvia no cesa. Aquí no tendremos guía, pero Eduardo, en el trayecto desde Lucca nos ha hecho una exposición precisa y una descripción exacta del Baptisterio, la Catedral, la Torre, el Cementerio… y el resto de lo que podemos visitar. Todas estas maravillas están concentradas en un punto; son como flores blancas de mármol en las verdes praderas que las circundan.
Tras un pequeño tiempo para observar y admirar por el exterior estas construcciones, comemos en un restaurante cercano. Después, cada uno a nuestro aire, volvemos de nuevo a la Piazza dei Miracoli para contemplar con fruición este derroche de arte. Entramos en la Catedral y el Baptisterio, también en el Cementerio. Subir a la Torre es más complicado tanto por la gran cantidad de gente que hay como por el día lluvioso y desagradable que está.
La construcción de la catedral comienza hacia el año 1063-64. Cuenta la tradición que con el botín obtenido por la victoria sobre los sarracenos en Palermo el año 1063. La basílica es románica, con planta de cruz latina; consta de cinco naves y transepto. En el interior destaca el gran mosaico del ábside que representa a Cristo en el trono entre San Juan y la Virgen y el púlpito, obra de Giovanni Pisano.
Finaliza nuestra visita a Pisa. Nos hubiera gustado estar más tiempo para conocer mejor la ciudad, pero nos vamos satisfechos porque creemos que hemos visitado lo más destacado de la ciudad. Ahora sí, dejamos la Toscana y nos encaminamos a la Liguria donde disfrutaremos de nuestro último día en Italia.
Más fotos de Lucca y Pisa
CINQUE TERRE
Ayer, al final de la tarde, llegamos a Lerici, en la entrada al golfo de La Spezia. El hotel está situado en la parte alta. Es como un balcón sobre el pueblo. Las vistas son espectaculares. Ahora, ya de noche, todas las luces, tanto en la parte de la montaña como en la zona baja en torno al mar, configuran un paisaje idílico. Pero es por la mañana, al salir del hotel, cuando Lerici se muestra en todo su esplendor.
El día amanece radiante. Descendemos desde el hotel a la parte baja de Lerici donde se encuentra el puerto. Aquí tomamos un barco que hoy sólo va a navegar para nuestro grupo. De esa manera viajamos con gran amplitud de espacio y nos movemos por todo él sin impedimento. Contemplar Cinque Terre, desde el mar, es la mejor vista que se puede tener de estos pequeños pueblos encaramados en los acantilados en una especie de equilibrio inestable sobre el mar de Liguria.
La guía se une a nosotros en el embarcadero para acompañarnos durante todo el día. El barco leva anclas y partimos, cruzando el golfo de La Spezia, hacia Portovenere. Aquí descendemos para visitar este pueblo.
Desde el barco nos llama la atención el colorido de las fachadas de las casas; después veremos que es una constante en el resto de localidades que visitaremos. Recorremos Portovenere, su paseo marítimo y las calles interiores, estrechas y con pronunciadas cuestas. Nos acercamos hasta la iglesia de San Pedro, edificada sobre una roca; desde el mar, parece un apéndice, en altura, del farallón sobre el que se asienta.
Tras la visita, volvemos de nuevo al barco. Al doblar un pequeño cabo al final de Portovenere, entramos ya en el Parque Natural de Cinque Terre. Navegando muy próximos a la costa, vamos viendo estos pintorescos pueblos, sus fachadas son una explosión de colores. Pasamos delante de Riomaggiore, Manarola, Corniglia y Vernazza hasta llegar a Monterosso donde desembarcamos para visitarlo y comer.
Tras la visita del pueblo y la comida, embarcamos de nuevo; emprendemos el camino de retorno, pero antes hacemos una última parada en Vernazza. La guía nos ha dado las indicaciones pertinentes sobre lo más destacable del pueblo y lo recorremos a nuestro aire.
Regresamos al barco y nos dirigimos al punto de partida, Lerici. Por el camino tenemos la oportunidad de avistar delfines a cierta distancia. Cae la tarde cuando entramos en el puerto.
Ahora, ya en tierra, recorremos el paseo marítimo de Lerici llegando casi hasta el pueblo cercano de San Terenzo. La tarde es agradable, con buena temperatura. Pasear a esta hora, bordeando el mar es relajante. La vista panorámica de Lerici desde el paseo es un espectáculo.
Pero todo tiene su fin. Anochece, termina el paseo, llegamos al hotel, cena y despedida. Es nuestra última noche en Italia. Mañana, después del desayuno, saldremos en dirección al aeropuerto de Florencia para volar a Bilbao vía Barcelona. Ha sido una semana fantástica por todo lo que hemos visto y disfrutado, tanto en La Toscana como en Cinque Terre. La organización del viaje, por parte de la Unate, sobresaliente. Nuestro guía, Eduardo, ha estado siempre pendiente de cada uno de nosotros; su dedicación ha sido total y absoluta; cada visita que hemos hecho, cada viaje en el autobús con él, ha sido una auténtica delicia. ¿Qué decir de Lola y Silvia?. Extraordinarias; atentas siempre, sin dejar nada al azar, controlando hasta el último detalle. Y todo el grupo, los viajeros y viajeras; cada día puntuales y responsables. El conjunto de estos cuatro elementos ha contribuido, cada uno con su aportación concreta, a hacer del viaje una experiencia inolvidable. Hasta la propia tarde se une a nuestra satisfacción y nos despide con una puesta de sol que es pura poesía, como corresponde al lugar: El Golfo de los Poetas.