El curso 2021-22 termina y con él, por este tiempo, nuestro trabajo y aprendizaje. Han sido unos meses intensos y llenos de actividades. La mayor parte de ellas realizadas en el aula; no olvidamos tampoco las salidas fuera del ámbito de la clase ni el trabajo personal individualizado que cada uno ha llevado a cabo según las orientaciones de nuestra profesora Pilar.

La exposición que presentamos en las salas de La Vidriera es un resumen de lo realizado a lo largo del curso; las fotografías son una pequeña muestra de todo ello; complicado elegir lo más representativo con tanto material bueno y variado como se ha acumulado durante estos meses. Las fotos que aparecen intentan resumir el conjunto de temas abordados y las actividades llevadas a cabo.

En el aula, hemos profundizado en la iluminación. Largas horas de pruebas hasta conseguir resultados que nos dieran una cierta satisfacción con el retrato. Tratamos de imitar iluminaciones usadas por fotógrafos ilustres: Imogen Cunninghan, Irvin Penn, Pierre Gonnord, Stieglitz, etc. Los resultados no han sido excelentes, pero sí aceptables.

Prácticas de iluminación también con objetos, componiendo bodegones o tratando de iluminar motivos individuales; tales como plantas, raíces, flores… Para ello hemos añadido a los flashes diversos elementos: difusores, cortinillas, metacrilatos, botellas, plásticos… con la idea de obtener resultados técnicos correctos, agradables a la vista y, a la vez, bien iluminados.

Hemos abordados proyectos conjuntos como fue la exposición, con fotografías de gran formato en el hall de La Vidriera titulada Sombras. Igualmente, con motivo del día del libro, colaboramos con los demás talleres del Centro en la celebración del centenario del nacimiento del poeta José Hierro. Las fotografías que aportamos hacían alusión a fragmentos de poemas del poeta incrustados en las mismas.

Hubo algunas salidas cambiando el aula física de La Vidriera por otras más amplias y diversas. Estuvimos en Pedreña buscando reflejos y tonalidades al atardecer; recorrimos las Marismas Blancas de Astillero tratando, en una ocasión, de captar imágenes de la infinidad de aves que a ellas acuden a pernoctar, en otra, fotografiando la vegetación previamente iluminada con flashes cubiertos con geles de colores. Ya con la noche cerrada, un día, fue la playa de Los Tranquilos en Loredo la que nos vio experimentar con la proyección de imágenes sobre la arena y las rocas buscando resultados interesantes.

En el mes de junio dedicamos unas cuantas sesiones a poner en práctica técnicas tradicionales como es la kallitipia. Creamos varios fotolitos digitales que después imprimimos en acetatos. A continuación emulsionamos papel especial y, finalmente, los expusimos al sol. En el primer intento, constatamos algún fallo en la emulsión. En el segundo, el resultado fue aceptable. Nos sirvió para acumular experiencia con el objetivo de volver sobre ello en el próximo curso; pretendemos, además, diversificar las superficies a emulsionar.

Quedaría por mencionar el trabajo personal de cada uno realizado en casa; las actividades que nos iba encomendando Pilar para llevar a cabo. Estas han sido muchas, en ocasiones puntuales como prácticas de iluminación, de composición; otras veces, de estudio y preparación para las clases: fotógrafos de retrato, de bodegones, blanco y negro… No olvidamos los Fotolibros; aquí no hemos estado especialmente brillantes, pero algunos, al menos en el primer trimestre, si se llevaron a cabo. Finalmente, recordar el último trabajo conjunto con el que hemos vuelto a llenar las paredes del patio de entrada a La Vidriera. Fotografías de gran formato, como acostumbramos a colgar en este espacio. Curvas es su título.

¡Tantas fotos hicimos! El siguiente vídeo muestra una panorámica, un poquito más amplia, del trabajo realizado durante el curso.